Con mente afilada y buen instinto: Así piensa un investigador OSINT

Con mente afilada y buen instinto: Así piensa un investigador OSINT

Sé que a todos nos encantan las buenas herramientas.
Siempre andamos detrás del siguiente tutorial técnico, ese script brillante recién lanzado, o la clásica publicación tipo “Top 10 herramientas que deberías usar en 2025”.

Y ojo, no lo critico.
Esos recursos sí importan.

Pero a veces se nos olvida hablar de las habilidades que no aparecen en una lista de herramientas ni se mencionan tanto en cursos o entrenamientos.

No, no me refiero a buscar mejor en Google (aunque, seamos honestos, eso también es un superpoder).
Tampoco hablo de saber contestar el teléfono con un cliente.

Estoy hablando de las soft skills, o habilidades blandas, dentro del contexto de la investigación.

Esas habilidades que te ayudan a entender una pista, a seguir con un caso cuando se enfría, o a pensar como la persona que estás investigando.

Estas no son “habilidades bonitas de tener” — son fundamentales.

Cómo se ven esas habilidades?

Curiosidad: Tener ese impulso constante de preguntar “¿qué más hay?”
Juicio: Saber qué realmente importa entre mil capturas de pantalla y pestañas abiertas.
Paciencia: No abandonar una pista fría. Dejar que el caso respire.
Adaptabilidad: Saber cambiar de ruta cuando el sitio ya no carga o el método no está funcionando.
Comunicación: Poder explicar lo que encontraste con claridad — ya sea a un cliente, a tu equipo, o a alguien que apenas va empezando.

Sé que no suenan tan emocionantes como una nueva herramienta, pero créeme, son esenciales.

Todavía me considero alguien que está en las primeras etapas de su camino, y he tenido más de una revelación en medio de una investigación.

Una habilidad blanda que me ha marcado especialmente ha sido el juicio — saber filtrar el ruido y quedarme con lo que de verdad importa.

Ahora quizá te preguntes:
Las soft skills se pueden aprender? ¿O solo se desarrollan con la experiencia?

Ehm… ¡yo digo que ambas!

Nadie se despierta un día sabiendo de la nada cómo seguir una corazonada o leer entre líneas.
Esas habilidades se construyen con el tiempo.

Entre más casos revisas, más perfiles analizas, más madrigueras digitales exploras (y a veces lamentas), mejor se afinan tus instintos.

Con el tiempo, empiezas a notar lo que se siente “raro”.
Empiezas a hacer mejores preguntas.
Aprendes cuándo seguir, cuándo pausar… y cuándo dejarlo ir.

Y cómo puedes trabajar esas habilidades desde hoy?

Aquí van algunas ideas para empezar a afinarlas:

Curiosidad: Revisa un caso viejo y piensa en 5 ángulos distintos desde los que podrías haberlo investigado.
Juicio: Analiza investigaciones pasadas y pregúntate: ¿qué me faltó ver? Paciencia: Pon un temporizador y toma descansos. A veces regreso a un caso y todo me hace más sentido con ojos frescos.
Adaptabilidad: Cambia de enfoque si una página cae o tu técnica ya no funciona.
Comunicación: Enseña una técnica, grábate explicando algo o resume una investigación en 1–2 páginas.

Por qué importa todo esto?

Si estás en transición hacia una nueva área o estás buscando trabajo, recuerda:
la mayoría de las habilidades se pueden enseñar.

Pero hay algunas que nadie te puede enseñar por completo.
Pueden darte dirección, pero tú las tienes que desarrollar.

Yo lo aprendí por las malas.

Cuando armes tu CV, enfócate en esas habilidades que muestran cómo piensas y cómo resuelves problemas.

Elige habilidades sobre herramientas.
Porque las herramientas cambian.
Tu mentalidad es lo que se queda.

Ahora tengo curiosidad...

Qué soft skill te ha ayudado más en tu trabajo de investigación o análisis?
Si apenas vas empezando, ¿qué habilidades estás desarrollando ahora?

Déjame un comentario, mándame un mensaje, o etiquétenme en tu publicación.
Hablemos del lado humano del open-source.